Bueno. Finalmente me he tenido que rendir a la evidencia. Tres meses con un dolor en la rodilla que a veces parecía que remitía y otras notaba "in crescendo" son demasiados, hasta para mí que soy bastante cabezota.
Esto, unido a que este martes pasado, después de la sesión de carrera del lunes, desperté con el tobillo derecho completamente inflamado y dolorido, me ha hecho decidir a ser visitado por otro fisioterapeuta al que conozco por sus tratamientos muy conservadores.
Total, este martes me presenté en su consulta y, después de explicarle mis dolencias y mi periplo con ellas, pués reposo absoluto. Cese de toda actividad deportiva, incluso natación, visitas con él en días alternos, hielo, calor y paciencia. Parece ser que sufro un desgarro de uno de los tendones del gemelo, aparte del esguince de tobillo mal curado, y me va a costar varias visitas y euros. De todas formas, si me cura, cualquier dinero me va a parecer poco.
En fin, que des del martes, día que realicé mi último entrenamiento de natación justo antes de ir al fisio, no doy palo al agua. Todo justo hoy viernes me estoy planteando dejarme caer por el gimnasio a levantar alguna pesa.
Por lo pronto me pierdo el duatlón en el que me inscribí y que se celebrará de aquí a unos 15 días, y ya veremos que más. Todo y esto, pensaba que lo llevaría peor y, aunque por las tardes me falta algo, estoy aprovechando para descansar, recuperarme y dedicarle tiempo a la familia.
Y la semana que viene empezaré con ejercicios de pesas y quizás algo suave de natación.
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