viernes, 31 de mayo de 2019

Marxa Terra de Remences

Este pasado domingo 12 de Mayo sonó el despertador bastante temprano y, con algo de pereza, lo reconozco, me vestí tranquilamente y desayuné. Lo bueno de tener la furgoneta y poder dormir en el lugar donde se celebran las pruebas, es que da tiempo de sobras para prepararlo todo e ir con calma.

Con todo a punto, unos 20 minutos antes de la hora prevista, ya me encontraba situado en la salida, relativamente cerca de las primeras plazas y preparado para lo que se avecinaba. Pese a que el día anterior había estado lloviendo bastante, hacía sol y pintaba que la temperatura iba a ser perfecta, como así fue finalmente.


Se dió la salida de la que iba a ser mi tercera participación en la Marcha Cicloturista Terra de Remences y el rápido primer tramo hasta la collada de Capsacosta fue bastante tranquilo y no me costó demasiado mantenerme cerca de las primeras plazas. En el ascenso a este primer puerto me mantuve entre los watios previstos y viendo como se alejaban los más rápidos. Esta marcha tiene la dificultad añadida para mí de que todos los participantes, tanto los de la distancia larga como la corta, tienen el mismo tipo de dorsal, por lo que es relativamente fácil pasarte de vueltas siguiendo una rueda que no toca o llevando un ritmo equivocado. Por eso me concentré en no pasarme para llegar lo más entero posible al tramo final e hidratarme y mantener una carga de CHO’s casi constante.

Coronado el punto más alto, en grupo nos dirigimos hacia Ripoll sin más preocupaciones que rodar lo más rápido posible pero sin malgastar energías.

El puerto de Canes lo encaré de nuevo a un ritmo controlado pensando  en Bracons y Cantonigrós y, finalizado este ascenso, la bajada fue bastante rápida aunque había algunos tramos húmedos por la lluvia del día anterior.

El recorrido por Olot y la Vall d’en Bas también fué en grupo y relativamente tranquilo. En el punto donde nos separamos los del recorrido corto y largo, desaparecieron una gran parte de los integrantes. Comprobé que, más o menos, había tardado lo mismo que el año anterior en el que nos vimos obligados a realizar la distancia corta, por lo que me rondó la duda de si me habría pasado de “vueltas” pese a las buenas sensaciones que aún me acompañaban.

Y empecé el ascenso al Coll de Bracons, sabiendo que todavía quedaba mucho recorrido por delante. Durante este ascenso ya no miré tanto los watios pero intenté ir ascendiendo sin forzar en exceso y superando metros. En esta ocasión y a diferencia de hace 4 años, se me hizo menos duro porqué conocía lo que me estaba encontrando y porqué la transmisión elegida era mucho más llevadera.

Todo lo que sube baja, y un rato después ya me encontraba en el lado contrario en dirección a Manlleu. El descenso es un tramo continuo de curvas donde volví a notar que la rigidez de la Tarmac te lo pone un poco más facil. De nuevo me encontré integrado en un grupo, pero en el avituallamiento de Manlleu tuve que dejar que se alejaran mientras repostaba los bidones.

Así que, después de rodar un rato en solitario, llegué a los pies del puerto de Cantonigrós, donde el esfuerzo y los kilómetros realizados ya empezaban a pasar factura en forma de calambres, aunque bastante menos que en otras ocasiones. No es un puerto exigente en cuanto a pendiente, pero más que largo, se me hace duro por el desgaste acumulado. Y por los comentarios que pude escuchar, no soy el único.

Y por fin la última bajada hasta la Vall d’en Bas, rápida, muy rápida. Curvas relativamente amplias, pocos coches, ganas de acabar y la sensación de que la llegada por fin está cerca. Último “arreón” hasta la meta 5 horitas y 38 minutos más tarde de haber empezado.


Buenas sensaciones, creo que buen rendimiento final y otra prueba superada. ¡A por la siguiente!

lunes, 6 de mayo de 2019

Marxa Rutes del Montseny

Este pasado domingo 07 de abril participé en la primera prueba prevista para esta temporada 2018-2019. Como viene siendo habitual por esta época del año, la escogida fué una marcha cicloturista, en este caso la Rutes del Montseny, cuya salida y llegada se realiza en Granollers. Hasta hace poco no la conocía demasiado, pero el calendario de futbol de Aleix me obliga a elegir aquellas que se celebran los días en que no tiene partido y, en este caso, me alegro de haber podido asistir. 

Llegamos el día anterior, sábado, algo más tarde de lo previsto y, una vez instalados, tuvimos el tiempo justo para hacer algo de “turismo” por el centro, cenar y acostarnos sabiendo que el día siguiente iba a ser intenso.

Sonó el despertador bastante pronto, a  las 05:45 horas y, pese a que la previsión del tiempo anunciaba nublado, cuando se hizo de día salió el sol aunque con bastante frío. Desayuné y me fui caminando a formalizar la inscripción y recoger el dorsal mientras la ciudad se iba poniendo en marcha lentamente. Camino de nuevo a la habitación, tuve tiempo para tomar un café con cierta tranquilidad y acabar de repasar mentalmente la estrategia prevista. Esta cierta calma se alteró momentáneamente cuando me di cuenta de que me había dejado el chip en casa, pero pude solucionarlo facilmente con la organización alquilando uno para la prueba.

A las 08:00 horas más o menos, y después de habernos avisado de que en algunos puntos del recorrido haría bastante frío, se dió la salida. Unos 190 ciclistas enfilamos por Granollers en dirección al que iba a ser el primer puerto (3a categoría) de los 3 de los que consta la ruta. Excepto algun arreón importante, casi sin darme cuenta, conseguí mantenerme entre los 25 primeros y, en ese grupo, llegué a los piés del que iba a ser el segundo puerto del día (Sant Marçal de 1a categoría).

Desde el inicio los “escaladores” fueron desapareciendo y quedé en un grupo de unos 5 ciclistas con los que recorrí uns 10 km pero más forzado de lo que quería. Consciente de que este no es mi terreno y que ese esfuerzo me pasaría factura para lo mucho que todavía quedaba, decidí levantar el pié del gas y realizar los últimos 10 km de ascenso algo más “controlado”.


Por fin llegué a la cumbre de este interminable puerto e inicié un rápido descenso. La Tarmac es mucho más rígida que mi anterior Cube y es más fácil trazar las curvas, por lo que a misma o más velocidad, voy algo más relajado que antes y me crea menos tensión y fatiga.

Recuperé alguna posición y poco después inicié el ascenso del que iba a ser el último puerto del día (Collformic de 1a categoría). Aquí ya notaba las piernas algo “cargadas”, pero me centré en mantener el ritmo más alto posible, pero que me permitiera llegar a la cumbre relativamente entero.

Poco menos de 10 km después me encontraba iniciando el descenso y encarando la que iba a ser la última parte del circuito tirando a llano y con repechos cortos, claramente más favorable a mis características. Al volver a dar pedales, los calambres aparecieron y, como sé que es algo temporal, me hidraté bien y esperé a que todo se volviera a poner en su sitio. Aproveché para echar un vistazo al GPS y en los aproximadamente 100 km que llevaba recorridos, ya había acumulado algo más de 2300 metros de desnivel.

Y así, casi sin darme cuenta, empecé a incrementar el ritmo y no tardé en ir dando alcance a otros ciclistas. Pese a que intenté formar grupo con algunos para relevarnos, pronto me encontraba de nuevo pedaleando en solitario hasta dar alcance a otros participantes.

Saltando de grupo en grupo, me fui acercando a Granollers. En los últimos kilómetros, sobretodo en algun cruce y rotonda, eché de menos alguna indicación y, por momentos, tuve la sensación de que me había perdido. Pero finalmente y sin más problemas, llegue a la zona de meta pasando por debajo del arco de llegada y finalizando mi participación en esta prueba en 4 horas 45 minutos, posición 27 de la General y 6º de mi categoría.


Una prueba muy recomendable, con solera, no masificada, con un recorrido espectacular por el Parc Natural del Montseny y con una organización totalmente volcada en el corredor. Lo tengo claro, ¡volveré!