Desde el triatlón de Empuriabrava del pasado
mes de setiembre, tenía éste en el punto de mira por dos razones principales.
La primera porqué fue el segundo triatlón con el que me inicié en este mundillo
en el 2009 y tengo muy buen recuerdo. Y segundo, porqué al celebrarse en la
provincia de Barcelona, se supone que el nivel es alto, por lo que era una
buena oportunidad de valorar y comparar mi rendimiento.
Estas últimas semanas, las sesiones de
entrenamientos no habían sido todo lo específicas que deberían para preparar en
las mejores condiciones una prueba de este tipo, pero el global sí lo había
realizado teniendo en mente las capacidades necesarias para este tipo de
distancias y ritmos. Desde hace unos cuantos meses ya, han estado cayendo
semanalmente 3 sesiones de natación, 3
de carrera, 3 de ciclismo y 2 de fuerza, algunas de ellas combinadas.
El domingo, que amaneció radiante, me levanté
temprano, desayuné y fui a boxes a recoger dorsales y dejar la bici. Volví al
apartamento tranquilamente para acabar de vestirme, recoger las cosas y regresé
a boxes para dejar todo el material preparado. Estuve dudando hasta el último
momento sobre correr con o sin calcetines y, finalmente, me decidí por esta
última opción para ganar algo de tiempo en la transición. Neopreno colocado y
paseo hasta la playa.
La salida de mi grupo (hubo tres, primera
federados, la mía segunda dos minutos más tarde no federados y tercera dos
minutos más tarde tri-womans) se dio con un cierto retraso de unos 15’.
Contrariamente a lo habitual en mí, esos momentos y los previos me encontraba
bastante tranquilo y confiado.
Señal de salida, carrerita hasta el agua y
nado hasta la primera boya con bastantes golpes pero a un ritmo extrañamente
cómodo, pero con sensación de ir rápido. El mar estaba perfectamente en calma y
me sorprendió el hecho de que avancé más nadadores de lo habitual. Casi sin
darme tiempo, dejé la última boya a mi izquierda y empecé a encarar la arena de
nuevo, aprovechando el poco oleaje para dejarme llevar un poco.
Menos de 10’ más tarde de la salida estaba en
la arena corriendo hacia la zona de boxes con la sensación de que este tramo de
natación se me había hecho muy corto. Pensé que los 750 metros previstos debían
haber sido bastantes menos, pero horas más tarde el Garmin me confirmó que no.
Primera parte de la transición relativamente
rápida hasta que, a pocos metros de la línea de montaje me di cuenta de que el
cinturón con el dorsal seguía en el manillar donde lo había dejado preparado. Parada
obligada para colocármelo, con la pérdida de segundos que puede suponer. Novatada
pagada...
El tramo de bici consta de un circuito a dos
vueltas en el que al principio y al final de este se callejea por el municipio
hasta una carretera recta pero con continuos repechos. Diría que es el mismo
que recorrimos en el 2009. Como siempre estos dos últimos años, no tardé en
empezar a adelantar y a saltar de grupo en grupo. Paso por boxes, ánimos de mi
familia e inicio de la segunda vuelta. Hacia la mitad, me encontré integrado en
un grupo en el que pude aprovechar algún relevo para recuperarme un poco, pero
en la última parte decidí apretar un poco más el ritmo llegando casi en
solitario.
Entrada en boxes para dejar la bicicleta y,
después de algún pequeño problema con el cierre magnético del casco en forma de
segundos perdidos, empecé la carrera a pié algo más de 41 minutos más tarde de
la salida, no sin antes escuchar a Marta que las cosas iban bastante bien.
La idea era mantener el ritmo más alto posible
pero pensando en ser algo conservador y manteniendo una frecuencia de pasos
alta y cortos. Mirando de reojo el reloj, vi un ritmo agónico para mí de 4:00
min/km que pensé que no podría mantenerlo demasiado tiempo. Pero si había ido a
competir, había que sufrir y en eso me concentré.
El circuito de carrera también consta de dos
vueltas en un recorrido agradable a la vista y prácticamente llano en el paseo
marítimo con algún tramo de tierra y barro de la lluvia caída estos últimos
días. Me vi avanzado por algún corredor, pero yo también avancé unos cuantos.
El avituallamiento de agua estaba situado alrededor del kilómetro 4 y en la
primera vuelta decidí no tomar nada para no romper el ritmo. Poco después de
iniciar la segunda vuelta, tomé un gel pero, aún y así, noté como la fatiga
empezaba a hacer acto de presencia. El ritmo había decaído un poco, y alargaba
algo más de deseable la zancada. Igualmente, mi sensación de esfuerzo era
agónica y en el reloj continuaba viendo de reojo el ritmo cercano a 4:15
min/km. Paso de nuevo por el avituallamiento y esta vez sí cogí un poco de agua
para refrescarme la cabeza y tomar un poco para acabar de digerir el gel.
Últimos metros enfilando la recta de llegada y paso por meta en unos increíbles
pocos segundos más de 1 hora y 1 minuto, para conseguir medalla de chocolate,
4a plaza, de mi Grupo de Edad.
Contento no, lo siguiente en una prueba que,
de haber salido en el grupo de los federados, quien sabe si hubiera tenido
opciones reales de podio en mi Grupo de Edad. Este resultado y rendimiento me
ha hecho plantear algunas cosas de caras la temporada siguiente en la que, casi
con toda certeza, basaré mi preparación y competiciones en la corta distancia
mientras la rodilla me lo permita...