Por eso en octubre del 2018 llegué a un acuerdo con un
entrenador que tenía las condiciones que buscaba. Control de los entrenamientos
con Training Peaks o Golden Cheetah, sesiones de bici por potencia y control con
WKO+, cierta experiencia y licenciatura. Pero cuando ya llevaba unas cuantas
semanas con él, me di cuenta que mis obligaciones familiares, laborales y demás,
no casaban demasiado con su metodología y, sobre todo, con su comunicación.
Por lo que, después de finalizar con él de forma totalmente
amistosa, me encontré de nuevo buscando entrenador, del cual ya dispongo desde
hace cerca de un mes.
Todo va sobre lo previsto y, tal como necesito, adapta las
sesiones de entrenamiento a mis horarios, por lo que en este sentido, no debo
preocuparme de mucho más que de entrenar, llegar a los objetivos de cada sesión
y recuperarme.
Este cambio que preveía que iba a ser el único y más
importante de la temporada, se fastidió hacer un par de semanas con la rotura
de nuevo del cuadro de mi bici de ruta CUBE. El mismo sitio que en el anterior,
en una de las vainas traseras, pero esta vez ya se había acabado la garantía,
por lo que tocaba rascarse el bolsillo antes y más de lo previsto.
Y la elegida ha sido una preciosa Tarmac que, después de
unos cuantos kilómetros, noto mucho más rígida y reactiva que la Cube y que se
adapta mucho mejor a mis características. Así que, aún y el contratiempo, cada
vez estoy más contento con el cambio.
En cuanto a los objetivos de este año, pues la primera parte
de la temporada no difiere mucho de las anteriores en que comenzaré compitiendo
en pruebas relacionadas con la bici. Eso sí, las sesiones son mucho más
exigentes que las de años anteriores, por lo que mi estado de forma es mejor.
Además, una vez superado algun que otro problema habitual con mis gemelos, no
he dejado de tocar la carrera a pié así como la natación cada semana con la
mirada puesta en los triatlones de la segunda parte del ciclo.
Lo único que me preocupa ahora es si estas cargas de trabajo
las podré aguantarlas todo el año, más a nivel mental que físico. Pero ya se
sabe, el que algo quiere, algo le cuesta.