domingo, 4 de septiembre de 2011

Últimas semanas.

Mañana lunes empezará la antepenúltima semana antes del Half de Berga y todavía tengo serias dudas sobre como va a ser mi rendimiento en la prueba.

Creo que llevo una buena preparación y nunca antes había realizado tantas horas y tanta distancia de entreno, pero tampoco tengo ningún tipo de idea ni de sensación sobre como va a reaccionar mi cuerpo el día de la prueba.

Por lo pronto, ayer sábado participé en el Triatló Olímpic de Banyoles, cuya distancia era la primera vez que realizaba, y me ha quedado una sensación agridulce. La parte positiva es haberlo acabado, que siempre es una pequeña gesta, y además con una clasificación final en la primera mitad de la "tabla" y con un tramo ciclista muy rápido, como casi siempre. La parte negativa fue que pese a intentar mentalizarme en tomarme esta competición como un entreno y no pisar el gas, acabé dándolo todo y el tiempo final no me parece para echar cohetes. El tramo de natación me salió más lento de lo habitual y en la carrera a pié me adelantaron un montón de participantes, como siempre.

En resumen, pensaba que la preparación que llevo efectuando desde hace unos meses con vistas a Berga me iba a servir para hacer un buen tiempo en Banyoles y, excepto en la bicicleta, no estoy satisfecho de mi rendimiento en natación y en la carrera a pié.

Pero ya es tema pasado y después de haberlo reflexionado y analizado un poco es posible que el ritmo al que llevo realizando los últimos entrenamientos no sea el más adecuado para el ritmo de carrera de un Olímpico, por lo que me conviene mirar hacia delante.

Y poca cosa más, esta semana que se presenta va a ser la última a nivel de entrenamiento alto que voy a realizar y voy a empezar a preparar y dejar listo el material con el que correré el Half.


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