miércoles, 10 de julio de 2013

Extreme-man Getxo.

Este pasado domingo 7 de julio participé en el Triatlón Half Extreme-man de Getxo. El sábado anterior, bastante temprano, nos pusimos en marcha con Marta y Aleix y emprendimos el viaje de cerca de 7 horas hasta el País Vasco pasando por Francia.


Llegamos al hotel alrededor de las 16:00 horas y, después de dejar las cosas en la habitación, nos reencontramos con otro compañero del Club y su familia y conocimos a sus amigos, con quienes íbamos a pasar la mayor parte del fin de semana. A continuación fuimos hasta boxes para recoger dorsales, chip y demás y hacer el checkin de la bicicleta.
 

Aprovechamos la gratísima compañía para dar una vuelta por la zona y disfrutar del increíble entorno donde se iba a disputar la prueba. Cena ligera y a dormir, o al menos intentarlo, ya que los nervios empezaban a hacer de las suyas.

A las 05:00 horas sonaba el despertador y, después de un buen desayuno, nos dirigimos a la zona de salida para acabar de preparar el material en los boxes y tomar la salida.

Empieza la competición y nos lanzamos al agua. Algunos golpes al principio pero cojo un buen ritmo e intento concentrarme en realizar el mejor gesto técnico posible. Hacia la última boya, a unos 700-800 metros de la playa, noto algo de cansancio y ganas de finalizar este segmento.

Una vez en posición vertical, veo a Aleix y a Marta y me comentan que voy bien. Transición bastante rápida en boxes y a coger la bicicleta. No debo ir muy mal porqué veo bastantes bicis aún colgadas.
 
 
Nada más salir, una buena cuesta que iba a ser indicativa de lo que nos iba a esperar en los 80 km. Un precioso circuito “rompepiernas” con poquísimo llano para ir acoplado y con incontables bandas reductoras en cada localidad por donde pasaba la prueba. A diferencia de otras ocasiones, esta vez no era yo el que por regla general iba adelantando participantes, sino al revés. Creo que es el segmento ciclista de un triatlón más duro en el que he tomado parte hasta la fecha.
 

Aún así, tras 3 horas de pedalear, dejé la bicicleta en boxes y me preparé para empezar la carrera a pié. Circuito a dos vueltas prácticamente llano por el paseo de la zona marítima de la localidad y con bastante calor. Mi principal preocupación hasta el momento había sido la aparición de calambres en las piernas debido a la exigencia de la bicicleta, y la verdad es que, excepto algún momento puntual, fue mucho mejor de lo que me pensaba y pude mantener un ritmo que, aunque decreciente, me permitió acabar este segmento en mi habitual hora y cuarenta y cinco minutos.
 
 

Al final, un tiempo invertido de 5 horas y 25 minutos y posición final 81 del total de 316 participantes que iniciaron la prueba. Y como trofeo, un buen txuletón en inmejorable compañía y en un entorno increíble.
 
 

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