Este pasado domingo 07 de abril participé en
la primera prueba prevista para esta temporada 2018-2019. Como viene siendo
habitual por esta época del año, la escogida fué una marcha cicloturista, en
este caso la Rutes del Montseny, cuya salida y llegada se realiza en
Granollers. Hasta hace poco no la conocía demasiado, pero el calendario de
futbol de Aleix me obliga a elegir aquellas que se celebran los días en que no
tiene partido y, en este caso, me alegro de haber podido asistir.
Llegamos el día anterior, sábado, algo más
tarde de lo previsto y, una vez instalados, tuvimos el tiempo justo para hacer
algo de “turismo” por el centro, cenar y acostarnos sabiendo que el día
siguiente iba a ser intenso.
Sonó el despertador bastante pronto, a las 05:45 horas y, pese a que la previsión del
tiempo anunciaba nublado, cuando se hizo de día salió el sol aunque con
bastante frío. Desayuné y me fui caminando a formalizar la inscripción y recoger
el dorsal mientras la ciudad se iba poniendo en marcha lentamente. Camino de
nuevo a la habitación, tuve tiempo para tomar un café con cierta tranquilidad y
acabar de repasar mentalmente la estrategia prevista. Esta cierta calma se
alteró momentáneamente cuando me di cuenta de que me había dejado el chip en
casa, pero pude solucionarlo facilmente con la organización alquilando uno para
la prueba.
A las 08:00 horas más o menos, y después de
habernos avisado de que en algunos puntos del recorrido haría bastante frío, se
dió la salida. Unos 190 ciclistas enfilamos por Granollers en dirección al que
iba a ser el primer puerto (3a categoría) de los 3 de los que consta la ruta.
Excepto algun arreón importante, casi sin darme cuenta, conseguí mantenerme
entre los 25 primeros y, en ese grupo, llegué a los piés del que iba a ser el segundo
puerto del día (Sant Marçal de 1a categoría).
Desde el inicio los “escaladores” fueron
desapareciendo y quedé en un grupo de unos 5 ciclistas con los que recorrí uns
10 km pero más forzado de lo que quería. Consciente de que este no es mi terreno
y que ese esfuerzo me pasaría factura para lo mucho que todavía quedaba, decidí
levantar el pié del gas y realizar los últimos 10 km de ascenso algo más
“controlado”.
Por fin llegué a la cumbre de este interminable
puerto e inicié un rápido descenso. La Tarmac es mucho más rígida que mi
anterior Cube y es más fácil trazar las curvas, por lo que a misma o más
velocidad, voy algo más relajado que antes y me crea menos tensión y fatiga.
Recuperé alguna posición y poco después inicié
el ascenso del que iba a ser el último puerto del día (Collformic de 1a
categoría). Aquí ya notaba las piernas algo “cargadas”, pero me centré en
mantener el ritmo más alto posible, pero que me permitiera llegar a la cumbre relativamente
entero.
Poco menos de 10 km después me encontraba
iniciando el descenso y encarando la que iba a ser la última parte del circuito
tirando a llano y con repechos cortos, claramente más favorable a mis
características. Al volver a dar pedales, los calambres aparecieron y, como sé
que es algo temporal, me hidraté bien y esperé a que todo se volviera a poner
en su sitio. Aproveché para echar un vistazo al GPS y en los aproximadamente
100 km que llevaba recorridos, ya había acumulado algo más de 2300 metros de
desnivel.
Saltando de grupo en grupo, me fui acercando a
Granollers. En los últimos kilómetros, sobretodo en algun cruce y rotonda, eché
de menos alguna indicación y, por momentos, tuve la sensación de que me había
perdido. Pero finalmente y sin más problemas, llegue a la zona de meta pasando
por debajo del arco de llegada y finalizando mi participación en esta prueba en
4 horas 45 minutos, posición 27 de la General y 6º de mi categoría.
Una prueba muy recomendable, con solera, no
masificada, con un recorrido espectacular por el Parc Natural del Montseny y
con una organización totalmente volcada en el corredor. Lo tengo claro, ¡volveré!
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