Vayamos por partes; como no corro, la
rodilla prácticamente ni duele ni molesta. Sé que la lesión está
ahí y de vez en cuando me lo recueda. En enero inicié un
tratamiento mediante colágeno y en julio tengo visita con el
traumatólogo para conseguir una resonancia. Es la única forma de
poder determinar el alcance real de la lesión y tengo bastante
curiosidad y la necesidad de saberlo. También es cierto que la
lesión parece haber mejorado un poco y últimamente he podido
realizar alguna caminata por la montaña sin problemas. Parece una
buena señal...
El tener que dejar de competir en
triatlones me afectó más de lo que hubiera deseado y el hecho de no
poder correr se me hizo bastante cuesta arriba. En su momento, como sabía que se
me iba a hacer durillo, decidí poner distancia con el triatlón y,
entre otras cosas, me dí de baja del club donde había estado estos
últimos años y vendí la bici aero con la que tanto había sufrido
y disfrutado el último año.
De todas formas, le he cogido tanto el
gustillo a esto de competir que algo había que hacer y la respuesta
estaba bastante clara, bicicleta. Así que decidí encarar la
temporada en participar en alguna prueba, tanto de BTT como de ruta,
y ver como se me daba el tema. Como puntito de motivación extra,
vendí mi anterior bicicleta de ruta MENDIZ que me había acompañado
estos últimos años, y desde hace unas semanas soy el feliz
propietario de una CUBE con la que espero hacer muchos kilómetros.
La preparación de esta temporada está
basada en la bicicleta, pero no he dejado de lado la natación, por
si en verano se me ocurre participar en alguna travesía. Por lo que
dos días a la semana los dedico a nadar en la piscina y si con el
buen tiempo me apetece, incrementaré las sesiones. El resto de días,
bici.
Después llegaba el turno de las
inscripciones. Primero me apunté a la Challenge BTT de Girona, una
competición de 100 km. en MTB por caminos en la provincia de Girona,
que se celebró en abril y que acabé con más pena que gloria porqué
en el kilómetro 45, aproximadamente, rompí el sillín y me tuve que
retirar. Pero me lo pasé bastante bién el tiempo que duró y las
sensaciones fueron bastante buenas.
Y hace poco más
de una semana, en mayo, me planté en la salida de la Terra de
Remences, en la distancia larga, una marcha de unos 175 km. en bici
de ruta con unos 2500 metros de desnivel y unos 2000 corredores más.
Las sensaciones fueron immejorables, pese a llegar algo falto de
fuerzas a los últimos 30-40 km., y la posición y el tiempo final
fantástico, para mí. Tardé y acabé el. Más que contento.
Y ya tengo otro objetivo en mente para
el mes de junio, pero lo dejaré para la próxima entrada.